Me imagino el estadio lleno de banderas y camisetas gloriosas color celeste esperando que salga a la cancha a jugar y ganar la final del Mundial de Brasil 2014 contra Argentina.
Uruguay mete un gol y la tribuna entera grita de alegría, pero después de unos minutos Argentina empata.
¡Que tristeza!
Seguimos todo el resto del partido empatados, pero 10 segundos antes de terminar, el Cebolla mete 1 gol y cuando el juez toco el silbato, en la tribuna exploto el grito campeón.
Por fin pudimos ver a la celeste ganar la final del mundo y sentirse orgulloso de ser uruguayo.